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Título: Eternam (1992)

Desarrolladora: Infogrames Entertainment

Distribuidora: Erbe Software

Lanzamiento: 1992

Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador 286 o superior | 640 KB de RAM | 4 MB de espacio en disco | Tarjeta gráfica VGA | Tarjeta de sonido AdLib o compatible | MS-DOS

# Publicado el por Carlos Jürschik 1

Introducción

Principios de los noventa fue una etapa realmente interesante para los videojuegos de PC. Los subgéneros estaban apenas recién creados, aún se permitía una libertad considerable en las formas y en los contenidos de todos los juegos, lo que dio lugar a experimentos de todo tipo. Alguno de estos experimentos ha trascendido, creando escuela (léase Alone in the Dark), otros se quedaron como joyas únicas en el panorama (léase Another World... y nótese como solían ser juegos franceses) y otros son pequeños juegos de culto que pocos conocen y que alguno disfrutó por completo. Sin duda, Infogrames, pero la Infogrames de entonces y no la megacompañía de después, está plagada de ese tipo de experimentos, y entre ellos está el simpático Eternam, una aventura que llamó moderadamente la atención entonces, la llamó relativamente en los años siguientes, ligeramente en la época donde todos estábamos enganchados a eso del abandonware y ahora apenas se recuerda. Y no es que sea un juego mediocre.

Argumento

Tras correr innumerables aventuras a través de la galaxia, Don Jonz necesita un descanso. Nada más pensar en ello recibe un premio inimaginable: unas vacaciones pagadas a Eternam, el parque temático más grande del universo, con zonas dedicadas a épocas históricas distintas. Pero no se imaginaba que ese parque temático es en realidad una trampa de su archienemigo, que quiere dejarle atrapado en un mundo lleno de peligros. La misión de Jonz consistirá en ir sobreviviendo a cada época histórica, donde todos se creen que pertenecen a ese tiempo, arreglar todo tipo de problemas —hasta incongruencias espacio-temporales— y, finalmente, luchar contra su enemigo y largarse de allí.

Así de simple y así de difícil. Por fortuna, tiene una compañera en un ordenador portátil, Tracy, que le dará consejos, le advertirá de problemas y le proporcionará apoyo moral en alguna parte donde lo necesite.

Comentario

Sí, sí: el argumento es clavado, clavadito al de Almas de metal, o Westworld, de Michael Crichton (por cierto, su mejor película): un parque de atracciones donde se ha perdido el control de los robots —en este caso, actores— que lo pueblan. Esta auténtica marcianada de Infogrames, una de las últimas en un curriculum en el que están juegos tan psicodélicos como Alpha Waves, parte de esa premisa tan interesante para adornar los enormes escenarios de puzzles de todo tipo, con mayor o menor fortuna, en algo que ni entonces ni ahora es del gusto de todos los públicos.

Como buena marcianada de a pie, Eternam tiene un interfaz bastante rarito, directamente heredado del que usaron en aquel RPG tan difícil y divertido llamado Drakkhen, al que rinde una breve parodia. Por una parte está el viaje entre escenarios, en una perspectiva en primera persona con polígonos y bitmaps pixelados y feos, donde de vez en cuando tienes que disparar a un bicho que te quita energía (que se repone automáticamente) y donde debes esquivar el agua. Por otra, está la perspectiva en tercera persona, donde manejas a tu personaje con el teclado. No existe el control por ratón en Eternam, aunque en la parte inferior de la pantalla existan unos iconos que definen cada una de las acciones que puede realizar el protagonista: coger, usar, hablar, mirar y opciones de disco. Nada más que eso, lo que da la engañosa impresión de que se trata de un juego sencillo.

Los objetos pueden estar en cualquier lado, pero antes el protagonista debe localizarlos. Esto quiere decir que la opción «mirar» debe estar pulsada para que Don Jonz capte cada objeto relevante —o no, que también los hay— en su línea de visión y pueda cogerlo. Este sistema farragoso no se aplica a la hora de hablar con los personajes, aunque no todos los que pueblan el juego tienen conversación y casi ninguno repite lo ya dicho o habla más de una vez contigo. Los enigmas de inventario siempre requieren usar un objeto con el escenario, nunca usar objetos entre sí.

Con todo, hay que reconocer que el comienzo del juego es francamente brillante. En un escenario que da mucho más juego de lo que parece en un principio, un castillo medieval con muchos toques surrealistas, hay que pasar tres pruebas bien ubicadas, con sus pistas correctas, en las que puedes morir tantas veces como sea, pues un doctor —alemán, para más señas— te recompone tras cada accidente. Cada vez que ocurre un hecho relevante o se habla con un personaje de interés, el juego regala escenas de animación cuidadas y divertidas; quizá no demasiadas para la longitud del juego, pero no dejan de ser sorpresas agradables. En todo ese comienzo se notan las pinceladas de color que dan vidilla a Eternam, como un montón de bromas que se saltan el contexto del juego, parodias a la cultura popular o sorpresas malintencionadas de todo tipo. Don Jonz tiene carisma, la verdad, y los personajes, aunque no están definidos en absoluto, sí que resultan divertidos.

El problema es que las pistas, a medida que el juego avanza y se descubren zonas nuevas, empiezan a dispersarse y a ser mucho más aleatorias. El árbol de conversaciones suele partir de tres o cuatro opciones y en muchos casos no se pueden repetir, con lo que es posible que se pierdan muchas pistas; esta es una decisión de diseño muy discutible en una aventura. Las muertes súbitas empiezan a ser molestas y numerosas a partir de la segunda zona, la de la Revolución Francesa, y sorpresas desagradables como quedarse sin dinero sin saber dónde poder conseguirlo hacen suspirar al jugador en busca de la inspiración del santo Job.

Los puzzles son muy buenos algunos, muy ingeniosos otros, muy tramposos otros muchos y se intercalan con alguna zona arcade que no pega ni con cola. Lo que resulta verdaderamente traicionero es que en un par de ocasiones, al contrario de lo que sucede el resto del juego, las soluciones requieren de un viaje demasiado largo entre escenarios para realizar una acción bastante aleatoria. Y durante ese viaje es muy posible que haya que esquivar esos enemigos que bajan la barra de energía y acercan a Jonz a la muerte súbita. Además, hay un par de contrarrelojes, algún bug y bastantes puñaladas traperas.

Pero Eternam es divertido. Las parodias de todos los iconos de la cultura popular no cesan, y aunque se abusa de los tópicos chistes de anacronismos hay otros realmente irresistibles, como ver a Gorbachov de técnico programador o esa gran broma del genio en la botella. En todas las zonas existe una historia de fondo que da vida a los pequeños enigmas que las rodean, y la forma en la que se va llegando al enfrentamiento final tiene cierta tensión. Existe algo en ese mundo que es Eternam que hace que todos los contratiempos que forman los enigmas tengan su gracia, algo directamente sacado de las aventuras de LucasArts —muchos gestos, muchas situaciones recuerdan a ellas— que le hace mucho bien. Y es un juego muy, muy largo: al menos cuatro partes, repletas de puzzles elaborados, y mucho recorrido entre ellas.

El envoltorio es simpático: los gráficos VGA tienen apenas más colores que los que tendría una pantalla de Amiga (32 a la vez), pero son de un colorido agradable, con un uso de la paleta que Infogrames perfeccionaría más tarde en Shadow of the Comet. De vez en cuando aparece la música y casi no existen sonidos: la edición original constaba de cuatro disquetes de tres pulgadas y media (¡qué tiempos!), apenas cuatro megabytes de instalación completa totalmente en español. Poco después se editó una versión CD con todas las voces dobladas, de una forma sorprendentemente profesional —no sabéis bien la amplitud que conlleva ese «todas»—, que mejora alguna melodía y añade unas cuantas secuencias de animación.

Conclusión

Eternam no tuvo excesivo éxito, lo que convenció a la gente de Infogrames de no probar el camino de la aventura gráfica después del citado Shadow of the Comet, realizado un año después con resultados muy superiores (aunque fuera curiosamente anacrónico, después de aquella revolución técnica llamada Alone in the Dark). Es un juego que queda, en fin, como otro experimento de tantos llevados a cabo en la aventura gráfica, pero más simpático que otros intentos quizás por la falta de pretensiones.

Si os gusta ver que en el mismo juego se parodian figuras políticas, personajes de Star Trek, clichés históricos, videojuegos, programas de televisión e incluso seres shakespearianos, todo en un juego de intercontextualización (sabe que es un juego, un teatro, y bromea con ello), ni lo dudéis. Sólo por lo insólito que resulta, merece la pena.

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Review de Eternam
Imagen de Eternam
Imagen de Eternam
Imagen de Eternam
Imagen de Eternam
Carátula de Eternam

Nuestra puntuación

Tres estrellas

Eternam

Comentarios

1 comentario.

Orden: Ascendente | Descendente

1
# Publicado el 25.3.2007 a las 23:53:52 por Amnesio

Jugué al Eternam cuando salió hace ya un porrón de años. No lo llegué a terminar entonces (y eso que tuve acceso a un walkthrough más o menos aceptable vía Compuserve). El año pasado me dio por desempolvarlo y ver lo que daba de sí, y es verdad que entretiene, aunque tiene un montón de fallos imperdonables para una aventura. Por otra parte, el comienzo es casi lo mejor del juego, muy prometedor, pero luego la cosa se va estropeando y las últimas fases son bastante maluchas y apenas tienen nada que ver con el principio. El que haya jugado al Drakken se acordará de los paisajes y el interfaz entre pantalla y pantalla (que es para olvidar). Por supuesto, abstenerse los que tengan fobia a que se les muera el personaje.

Otra cosa: el juego sin walkthrough es muy difícil hacerlo. No soy nada partidario de mirar las soluciones (es más, solo lo he hecho con dos juegos en toda mi vida), pero me gusta menos todavía perder el tiempo. Y eso es lo que vas a hacer si no te quitas los "atascos" con un buen libro de pistas. Ah, y ojito que muchas de las versiones que circulan por ahí llevan virus incorporado.

La idea de las rereviews es que sean una respuesta o una réplica a nuestra reseña, valorando el juego después de haberlo terminado. Por eso la puntuación es obligatoria. Puedes poner otra clase comentarios en la ficha del juego. Las rereviews deben ser aprobadas y pueden tardar un poco en publicarse, pero aprobaremos todas las que cumplan un mínimo de corrección, se ciñan moderadamente al tema y no contengan destripes. Si la tuya no se publica en menos de un día, pregúntanos. Por supuesto, evitaremos la censura en la medida en que hemos hecho siempre. Puedes utilizar enlaces: <a href="enlace">texto del enlace</a>; cursiva: <em>texto</em>; negrita: <strong>texto</strong>; y bloques de citas: <blockquote>cita</blockquote>.

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