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Aventuras gráficas al detalle

Reviews

Un muerto contento y muy feliz

Título: Dráscula (1996)

Desarrolladora: Alcachofa Soft

Distribuidora: DDM

Lanzamiento: 1996

Especificaciones (mínimo recomendado):

# Publicado el por Paco García 8

Introducción

Dicen que nadie es profeta en su tierra. Este no es el caso de Alcachofa Soft que muy a su pesar no es profeta ni en tierras propias o extrañas. Y es que pese a la notabilidad de algunos de sus productos, los toledanos no parecen cuajar entre la gran masa de los críticos y un amplio porcentaje del público, aunque no es menos cierto que este tipo de mayorías son las que están llevando al traste al género, con fundamentalismos e intransigencias risibles de puro estúpido.

Dráscula fue la opera prima (y quién sabe si la magna) del equipo de Emilio de Paz, tras de sí trajo (y aún trae) un culebrón legal en lo referente a los derechos de distribución que sin duda alguna propició bastante el hecho de que dentro de círculos, digamos, “menos especializados” este juego sea completamente desconocido. Con todo, los más acérrimos aficionados a las aventuras gráficas lo consideramos, dada la virtual imposibilidad que hubo durante años de encontrar el juego, un modesto incunable.

Argumento

En las brumosas cumbres de los Cárpatos transilvanos despuntan los imponentes torreones del castillo de cierto aristócrata que mantiene, con su intrigante forma de actuar y sus no menos intrigantes compañías, aterrorizada a la población que tiene la desgracia de ser su vecina. Este no es otro que el Conde Dráscula, un despreciable vampiro criminal que aparte de dedicarse activamente al tráfico de órganos, ser un machista sin remisión y un asesino sádico, quiere, por medio de un artefacto llamado infibulador, dar vida a una legión de serviles humanoides bracilargos de cabezas cuadradas con la que conquistar el mundo. Cuando el plan del malévolo conde estaba apunto de hacerse realidad, un fallo de Igor, su inseparable asistente, en el manejo del invento tuesta el cerebelo del Fruskynstein de prueba y prorroga la invasión mundial hasta que Dráscula se haga con otro seso.

Mientras, llega a la aldea el joven abogado John Hacker que viene a tramitar con el siniestro conde la compra de unos terrenos en Gibraltar, donde piensa resguardarse hasta que su caterva de criaturas se haga con el poder mundial. Tras enterarse Hacker de la no muy modélica reputación de Dráscula, decide dejar al conde tirado y marcharse de ese lugar a la mañana siguiente, cuando sube a la habitación de la posada un oportuno resbalón hace que el letrado se parta el colodrillo contra el parqué, siendo despertado por una voluptuosa jovencita que se hace llamar B.J y con la que después de una breve pero pasional conversación acaba intercambiando algo más que palabras. Pero ¡horror! El conde irrumpe por la ventana y sorprende a los amantes, raptando al rollito de Hacker, con el fin de sustraerle el cerebro para su monstruo y dejando con un palmo de narices y otro tanto en otro sitio a nuestro amigo. John se sobrepone rápidamente y con la decisión propia de un hombre enamorado (sic) se decide a traer de vuelta a su chica, si es necesario, por encima de las cenizas del vampiro.

Comentario

Seguramente si Bram Stoker se levantara de la fosa y viese en lo que han convertido la que fue su principal obra, el irlandés se daría de nuevo a la bebida. Y es que siendo el archiconocido Conde Drácula uno de los personajes de ficción que más se han visto representados en diferentes medios, la visión desde el prisma “alcachofo” es cuanto menos una de las más ocurrentes. La filosofía que han seguido los toledanos de bombardear al jugador con chistes y gracias más o menos ocurrentes, se ve muy patente en esta su primera aventura, siendo Dráscula una de las aventuras más divertidas en este aspecto que ha podido engendrar la escena aventurera española en la pasada década.

Suponemos que al ser esta la primera aventura que Alcachofa Soft lanzó al mercado, trató con cierto mimo una serie de aspectos que lamentablemente ha ido olvidando. No en vano, para la fecha en que se empezó a fraguar el proyecto (que no en la que saltó a las tiendas), guardaba ciertas cualidades técnicas muy suculentas. Si miramos bien Dráscula, nos encontramos con un aspecto gráfico bastante pulido, una música muy decente, unos puzzles no geniales pero sí bastante resultones y en definitiva un trabajo bastante bueno si tenemos en cuentas las posibilidades que tenían los grupos de desarrollo nacionales hace pocos años, no siendo Alcachofa Soft precisamente una privilegiada. Es inevitable comparar esta aventura con el resto de ellas que ha lanzado la compañía y muy especialmente con 'El Tesoro de Isla Alcachofa, que es el otro desarrollo in-home de los toledanos sobre el que no pesó ningún tipo de limitación, así que no extrañe encontrar en este reportaje ciertas referencias a esta aventura gráfica del ’99.

Como digo, si nos fijamos en el aspecto gráfico del juego, no podemos más que elogiar el buen hacer tanto de fondistas como de animadores. La única mácula importante en este aspecto es el tema de la resolución. Y no es que tenga nada contra la clásica 320x200 en la que se han visto tantos y tantos clásicos, sino que para la fecha en la que editó el juego (1996) este grado de detalle ya estaba dando sus últimas bocanadas en beneficio de los 640x400 píxeles que empezaban a utilizar producciones extranjeras. Si bien, digamos que la esencia del juego viene a ser la misma, de haber utilizado esa resolución Dráscula habría dado sin duda alguna, una mejor impresión entre la “prensa” del momento. A pesar de esto el juego aguanta bien el tipo: los escenarios están muy bien dibujados, el mapeado es extenso y no se escatimó (al menos hasta el atropellado final) a la hora de representar estancias como ya viene siendo marca de la casa; los personajes, aunque pocos (los necesarios), guardan sus propias particularidades, cosa que por ejemplo no ocurría con “los campeones” del Tesoro de Isla Alcachofa. Ojo, esto último no es ni un punto a favor ni en contra, sencillamente es como tiene ser. Generalmente obviaríamos este tipo de detalles (se sobrentiende que los personajes han de ser distintos) pero, como ya he dicho antes, no está de más hacer uso de ciertas comparaciones con el fin de hacer una crítica más minuciosa (y constructiva).

Siguiendo con el tema gráfico, llama la atención que curiosamente, en Dráscula encontremos que el personaje de Hacker goce de un numero de animaciones inusitada en el “modus operandi” de la compañía, que comparando con el protagonista de “El Tesoro...” denota cierta involución en Alcachofa a la hora de afrontar a este tipo de cuestiones. ¿Esto quiere decir que de Dráscula a “El Tesoro...” no solo no se ha evolucionado sino que también se han dado pasos hacia atrás? No y sí. Dráscula, a mi juicio, disfruta de un mejor trabajo gráfico y de un desarrollo someramente más largo y menos tramposo que el Tesoro de Isla Alcachofa, que en cambio tiene un mucho mejor sentido del humor (vamos, que los chistes no son tan malos), y un aspecto sonoro impecable que sin hacerle desaire al de Dráscula sí demuestra una mayor experiencia y profesionalidad en esto de hacer frente tanto a la partitura como al doblaje.

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