Cuando no son pocos los que aún degustan las mieles de Loch Ness, la internacional francesa Wanadoo ya anuncia el próximo lanzamiento de un nuevo capítulo de las aventuras del sabueso Alan W. Cameron, que parece estar condenado a no abandonar las aguas turbias porque si en el año pasado el detective investigaba la desaparición de un físico a la orilla del lago Ness en la gris Escocia, a finales de este, le tocará abandonar de nuevo su despacho de Chicago para ponerse al frente de otro caso, esta vez bajo el asfixiante calor del dios Ra, al pie del peligroso río Nilo. Es cerca de la cuenca de este, donde una momia recién descubierta desaparece paradógicamente de la excavación junto con uno de los miembros del gabinete arqueológico. Cameron se verá de nuevo involucrado en el asunto y no habrá más opción que desentrañar el misterio indagando por la Tierra de los Faraones, buscando pistas en yacimientos y en lo más profundo de la egiptología, donde se esconden secretos que se escapan al entendimiento histórico.

La aventura estará lista dentro de unos meses así que muy posiblemente Wanadoo y Galilea, creadora del primer juego de la saga, atesten las estanterias de nuestras tiendas antes del próximo 2003. Esta secuela del aquí denominado Loch Ness (en Estados Unidos salió con el hombre de Cameron Files: The Secret of Loch Ness), promete gozar de las mismas virtudes y adolecer de las mismas faltas que su antecesor, pues a simple vista son muy pocas las diferencias que se aprecian: spin-o-rama, aspecto gráfico cuidado hasta el paroxismo e identica filosofía. No será Cameron el último detective que tenga algo que ver con los torridos dominios de los Tolomeos, pues el antonomásico Sherlock Holmes tiene también pendiente una aventura gráfica en la que T-Bot, creadores del recientísimo El Secreto del Nautilus bajo el patrocinio de Cryo Interactive (que según se rumorea no está pasando precisamente por sus mejores momentos), está trabajando actualmente y de la que ya hace unas semanas se pudieron ver las primeras imagenes. Esperemos que ninguno de los dos se demore demasiado.

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