Technocrat Games y Wadjet Eye ultiman Technobabylon
Cyberpunk de trasfondo complejo en una ciudad donde la privacidad es una entelequia
# Publicado el por Javier Cadenas
La próxima aventura que lanzará Wadjet Eye es otra producción externa, como la reciente A Golden Wake y la futura Automaticity, aunque es la primera en años en cuyo desarrollo ha estado involucrada desde el principio. Technobabylon, de Technocrat Games, está en pleno proceso de doblaje y corrección de errores y se espera para marzo o abril del año próximo.
Technobabylon es una aventura cyberpunk diseñada por James Dearden, único componente de Technocrat, que cuenta con Ben Chandler (Blackwell Epiphany, Eternally Us) para los fondos, los personajes y las animaciones, Ivan Ulyanov (Patchwork, Quest for Infamy) para los retratos y Nathan Allen Pinard (Gemini Rue) para la banda sonora. Parte de la base de la producción amateur homónima que Dearden lanzó en tres partes entre octubre de 2010 y abril de 2011, con gran éxito de crítica y gran aplauso de la comunidad de Adventure Game Studio, rescatada, rediseñada y notablemente ampliada —de tres capítulos por entregas a once en un solo título— para convertirla en indie: una reinvención sobre los mismos conceptos, en palabras del autor.
En una ciudad donde la privacidad hace tiempo que es una quimera, solo una noción lejana de la que apenas unos pocos se acuerdan, Latha Sesame, sin empleo y paralizada por la agorafobia, va a ser asesinada. Ella no lo sabe, pero es el único cabo suelto de un plan maestro trazado por fuerzas que no puede imaginarse. Sin amigos, sin nadie a quien recurrir, se verá obligada a salir del adictivo Trance, aquello que evolucionó desde lo que otrora se conocía como Internet, y aprender a moverse por el mundo real si quiere sobrevivir a la conspiración que ha gobernado su vida entera.
En paralelo, alguien está chantajeando a un agente de las fuerzas de seguridad de la ciudad, un cuerpo multidisciplinar controlado por una inteligencia artificial, que integra a la policía, los bomberos y las unidades de rescate y antiterrorismo. El mismo día en que el asesino de su mujer sale en libertad, el doctor Charles Regis recibe la amistosa petición de retirar un dispositivo extraño de la escena de un crimen, o los embriones criogenizados de sus hijos nonatos, la última conexión con el amor de su vida, serán eliminados.
Mientras, su compañera, la doctora Max Lao, que ha aprendido de su antisocial maestro a aproximarse a los casos con métodos poco convencionales, habrá de resolver un asesinato en un laboratorio que crea por encargo plantas modificadas. Una serie de catástrofes les cogerá de improviso y sus historias confluirán para destapar una trama que no solo les amenaza, sino que hará que se replanteen todo lo que creían conocer de su ciudad.
Dearden quiere amalgamar buena parte de las distopías tecnológicas de las últimas décadas en un trasfondo muy complejo y muy trabajado, con jerga propia, donde las nanomáquinas se articulan en mallas tecno-orgánicas que se implantan sobre el cerebro como el envoltorio de un caramelo, los ordenadores se controlan con la mente, la ingeniería genética está a la orden del día, los delincuentes son gobernados por dispositivos que les paralizan y les inducen un estado de extremo malestar cuando registran pensamientos inapropiados y China es una potencia etno-fascista. Desde luego, ingredientes no faltan para captar el interés inmediato del aficionado a la ciencia-ficción.