Con un proceso de desarrollo que no ha hecho mucho ruido desde la edición de 2006 de la Games Convention de Leipzig, por cierto ahora trasladada a Colonia, Tale of Hero es la aventura que más desapercibida ha pasado de aquellas provenientes de Future Games, los autores de The Black Mirror, Nibiru o el reciente Reprobates, dos títulos estos últimos que por desgracia alejan, en el caso del primero, o parecen alejar más aún, en el caso del segundo, a la compañía checa del buen hacer mostrado en The Black Mirror. Hoy hemos podido saber que el producto ya se encuentra terminado y está listo para su distribución, a la espera de que alguien se interese por él en el ámbito internacional. En el nacional, por desgracia, no se sabe nada todavía, aunque nos constan un par de tentativas de acuerdo para acercárnoslo que de momento no han llegado a buen término, aunque esperamos que pronto lo hagan para poder informaros positivamente al respecto.

Acompañando a este cambio en el estado del juego, Future Games ha puesto a disposición del público algunas, no demasiadas, nuevas capturas que ponen en evidencia que las mejoras en el apartado gráfico fueron todas para Reprobates, aunque también dejan claro que el colorismo no era cosa para éste y sí para Tale of Hero. Además, aunque no nueva, la web oficial deja ver otros datos, como una sinopsis más completa que la última del argumento, que pasamos a resumiros: en el mundo de Aldira el heroísmo es una profesión muy apreciada, dados los peligros que han de afrontar sus habitantes, que se ven amenazados por toda clase criaturas malignas, especialmente por los titanes. Siguiendo los pasos de su padre, Olaf, el particular héroe de la historia deberá fraguar su destino siguiendo una máxima en la que cree con convicción: convertirse en un héroe sin matar criaturas inteligentes que, aún pareciendo malvadas, tan sólo viven siguiendo los instintos de supervivencia que las hacen como son. Una niñez difícil a partir del momento en que su progenitor, Halvard, señor de las Montañas del Águila, cayó en desgracia y fue desterrado de su hogar en el reino de Geodren por el propio rey, es la que ha sufrido Olaf; su madre murió poco después del destierro por causa de una dolorosa enfermedad, y su padre se vio obligado a criarle sólo, dándole la educación que mejor supo, quizá desprovista de la sensibilidad materna, pero orientada a hacer del muchacho una persona de bien que pudiera cosechar el respeto y el reconocimiento de la gente, que viera en él a un amigo al que confiar sus problemas y pesares. Con la muerte de Halvard, el joven veinteañero Olaf, heredero de la destreza de su padre, se ve heredero también de los enemigos de éste, entre los que se encuentra el poderoso titán Krugell, un gigante de hielo que despierta de su largo sueño para vengarse del asesinato de su hermano Arioch a manos de Halvard. Será entonces cuando Olaf se encuentre ante la disyuntiva que marcará su vida: llevar la iniciativa y actuar, o esconderse y huir. Fácil elección para el héroe, que como es lógico elegirá el camino difícil, lo que le llevará a descubrir, entre otros muchos secretos que el mundo ha mantenido ocultos, que su conflicto con Krugell tiene raíces que se remontan a cientos de años antes de su mismo nacimiento, a lo largo de una historia en la que le será revelado algo de capital importancia, no para el mundo sino para su persona: cuál es la verdadera naturaleza del hombre y, sobre todo, cuál es su lugar en la vida.

Una clásica historia épica, como podéis ver, que puede tener una mediocridad aparente en el aspecto visual (aunque, ojo, algún concepto artístico resulta interesante) pero que puede ser la obra con la que la compañía checa se redima de los errores que incesantemente viene cometiendo desde The Black Mirror o, algo quizá más probable pero también mirado a través del prisma más pesimista, con la que los confirmen. Esperemos que el optimismo reine sobre las sombras de la catástrofe…

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