Nos guste o no, es justo reconocer que Syberia ha supuesto todo un revulsivo, cuanto menos comercial, dentro del género y que se cuentan por legiones que se confiesan adeptos a la aventura de Microïds, cuya segunda y concluyente parte llegará dentro de un par de meses. El padre de la criatura, Benoît Sokal ya esbozó su último diseño para la compañía francocanadiense y aunque su impronta estará evidentemente presente en Syberia II, ya no será él quién reciba las palmaditas en la espalda de sus compañeros. Y es que, como se comentó hará unos meses, el dibujante inició su andadura en solitario con antiguos colegas de empresa con el fin de expandir horizontes en su carrera como profesional del videojuego. White Bird Productions es la nueva firma donde Sokal derramará a partir de ahora todo su esfuerzo y donde dejará todas las ya inequívocas señas de identidad que han venido caracterizando sus juegos desde Amerzone.

La mejor prueba de ello es Lost Paradise, la primera aventura que ya ha puesto en marcha el equipo y que sigue en la línea del viaje iniciático en paisaje exótico donde la protagonista es la joven hija de un despiadado dictador africano en lugar de una abogada neoyorkina, cuyo objetivo no es encontrar una perdida raza de elefantes lanudos sino regresar a la tierra en que nació, en el mismo corazón del Kilimanjaro. Para ello habrá de atravesar el continente negro con la compañía no de un robot oxidado, sino de un elegante leopardo. En su camino encontrarán todo tipo de seres fantásticos y visitarán singulares parajes que se encuadran dentro de la típica imaginería intemporal y barroca del artista, que a tantos aventureros ha cautivado. La aventura gráfica, de la que no hay mucho más que decir por el momento, se estima que estará terminada a mediados del 2005, así que podemos afirmar que hay Lost Paradise para rato. Actualmente solo hay visibles unos pocos bocetos, pero todo parece indicar que no serán el último material gráfico que veamos de esta producción, cuya principal baza será el espectacular aspecto visual. No se puede decir que Don Benoît Sokal haya dado un giro de 360 grados a su carrera ni a sus planteamientos, pero ya se sabe, más vale malo conocido que lo bueno por conocer.

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