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Aventura Lunar

Título: Viaje al Centro de la Luna (2005)

Desarrolladora: Kheops Studio

Distribuidora: Proein

Lanzamiento: 30 de septiembre de 2005

Especificaciones (mínimo recomendado):

# Publicado el por Paco García 0

Introducción

En el mundo del videojuego es difícil llegar a forjarse unos rasgos identificables por el gran público, máxime cuando dos de cada tres de los juegos que se lanzan hoy al mercado son clónicos del tercero. La aventura gráfica no se queda atrás y ya hace tiempo que los desarrolladores dejaron de indagar en la infinidad de posibilidades que ofrece el género, para instalarse cómodamente en la cultivación de la copistería. Pero cuando falla la base referencial, se hace inviable el hecho de seguir intentando nuevas remezclas. Es innegable que el modelo a seguir en el último quinquenio (si no más) ha sido la multimillonaria saga Myst, hasta tal punto que ya a nadie extraña el término "myst-like" para definir una aventura gráfica. Por suerte para algunos y no tanta para otros la “era de Myst” ha tocado a su fin, y es de creer que con ella lo harán los menesterosos desarrolladores que no sepan adaptarse (esta vez sin ayuda de nadie) a los vientos de cambio que han ido erosionando este subgénero.

Así pues, desconocemos la suerte que correrán los Auras o los Rhems que estén por venir, pero Kheops Studio ya apunta maneras de renovación y aunque, recordemos, empezaron su andadura prendidos del brazo de la creación de los hermanos Miller con Evany, se puede apreciar como se van destetando de estos conceptos, y van balbuceando en el olvidado lenguaje de la originalidad. Retorno a la Isla Misteriosa daba pruebas de que con un poquito de coco se pueden alcanzar buenos niveles de calidad sin necesidad de un presupuesto desmedido, sin un guión ambicioso y sobre todo sin las pretensiones mesiánicas que acostumbran a tener las aventuras de hoy en día. ¿Continuará Kheops con su "Viaje al centro de la Luna" la rectitud de esta senda o se quedará encallada en el camino? Ahora os lo contamos.

Argumento

Después de la Guerra de Secesión, los fabricantes de armas y blindajes de los Estados Unidos se encuentran sumidos en un paro forzoso en tanto que se reconstruye la emergente nación. El presidente del club de armas y especialista en armamento Impey Barbicane se propone una titánica empresa: construir un cañón lo suficientemente grande como para alcanzar la Luna con la potencia de una única detonación. Tal asunto merecerá la atención de todo el país y del mundo, y su nombre y el del Club tendrá al fin el reconocimiento merecido. Pero su eterno enemigo el Capitán Nichol, especialista en blindajes, emprende una campaña de descrédito hacia Barbicane, dejando claro que tal aventura, además de inútil y absurda, es irrealizable.

Los ánimos entre los dos adversarios se caldean hasta el punto de retarse en duelo a muerte por las afrentas vertidas. Cuando los americanos ya están apunto de volarse los sesos, aparece en escena un estrafalario personaje. Se trata de Michel Ardan, conocido aventurero francés que lanza un reto a los dos eternos rivales. Propone que en lugar de un proyectil esférico lancen un obus hueco que pueda albergar tripulantes, él mismo será el encargado de conducirlo hasta el satélite. Para comprobar quien de los dos está en lo cierto, que mejor que se presten a acompañarle en tan arriesgado viaje. Si estaban dispuestos a desperdiciar sus vidas por una cuestión de honor ¿no sería más loable que lo hicieran en favor de la ciencia?

Nicholl y Barbicane, no pueden negar que el forastero está en lo cierto, y deciden de buen grado colaborar para que la misión de poner el pie en la Luna se cumpla. Así, el conciliador Ardan y sus dos mecenas, emprenden disparados por un enorme cañón un viaje del que probablemente no haya retorno. Cuando se encuentra en los aledaños del astro, nuestro extravagante protagonista despierta de un profundo sueño, obnubilado por su hazaña consigue alunizar abruptamente pero sano y salvo al borde de una falla sin fondo. A pesar de lo violento del choque, sus dos compañeros no han despertado... ¡cuál será su sorpresa cuando descubra que ambos yacen muertos! ¿Cuáles han sido los motivos de esta desgracia? ¿Qué ha ocurrido mientras dormía aturdido por el despegue? Sin duda esa será una incógnita que el bueno de Ardan habrá de despejar para mantener su conciencia tranquila, pero antes habrá de recuperarse de la conmoción que le supondrá encontrarse de bruces con que la más imaginativa de sus teorías era cierta, pues al salir de la nave descubre que la Luna no es simplemente una roca suspendida en el espacio sino que... ¡está llena de vida!

Comentario

Si decimos que Viaje al Centro de la Luna tiene poco o nada que ver con la historia en la que se “inspira”, a estas alturas no pillará de sorpresa a nadie, incluso puede que resulte redundante. Pero no es un dato que podamos dejar pasar por alto, habida cuenta de lo mucho que se están cebando últimamente con las licencias literarias compañías como la que realizada este juego o la ya sobradamente maldecida Frogwares. Aunque salvemos diferencias, ya que hay mil formas de ponerse por montera un clásico, y lo cierto es que Kheops al menos ha trabajado el argumento de la aventura que hoy nos ocupa en base a un trasfondo aceptablemente documentado del que se pueden deducir interesantes influencias.

Viaje al centro de la Luna parte del punto en que se dejó la novela de Julio Verne “De la Tierra a la Luna”, con las premisas del libro, con los mismos personajes, continuando la historia. En realidad, el propio escritor francés escribió en su día una secuela llamada “Alrededor de la Luna” que parece haber sido convenientemente obviada por el equipo de desarrollo del juego para centrarse en sus propias ideas. No en vano el libro de Verne, describe la circunnavegación del satélite terrestre, nunca un alunizaje, siendo más bien un tratado orográfico del astro que una novela con la misma sustancia que su predecesora. Kheops se ha centrado más en adaptar la imaginería que describiera Ray Bradbury en sus Crónicas Marcianas, que en la propia obra de Verne, pero su más destacable influencia es “Un Mundo Desconocido: Dos años en la luna” obra de un tal Pierre de la Sèlene, pseudónimo de un hasta el momento autor desconocido.

El libro data de 1897 y tuvo un éxito bastante considerable en su época, tanto es así, que el propio Meliés pareció haber captado parte de sus ideas en su emblemática película. La narración trata de tres aventureros que se embarcan en la complicada empresa de posarse en el blanco satélite con las mismas herramientas que describiera Julio Verne, ya que se han encontrado indicios de que hay vida inteligente más allá de nuestro planeta. Una vez allí se encuentran una civilización jerarquizada en tres estamentos básicos: obreros, científicos y sabios, que resulta ser superior tecnológica y espiritualmente a los terrícolas. Una vez jugado Viaje al centro de la Luna es imposible no hallar un paralelismo bastante pronunciado con todo esto. Un paralelismo que no supera el detalle conceptual, ya que la historia sigue sus propios derroteros, unos derroteros que como viene siendo habitual podían haberse exprimido mucho más y que se abandonan en detrimento de un juego meramente aceptable, con muchos matices por explotar.

Y es que en bastantes aspectos Viaje al Centro de la Luna es una aventura que se sale de la involución del género, pero a la que aún le falta una importante cuajadura en lo referente a narrativa. La historia se va destrabando a trompicones, no se ve la fluidez permanente requerida y los parones hacen que la aventura desmerezca considerablemente. La trama se va desarrollando conforme se van resolviendo los enigmas y ocurre lo que vino ocurriendo con su predecesor “Retorno a la Isla Misteriosa”, nos encontramos ante una historia al servicio de una serie de puzzles, donde el elemento del “diario” es esencial si queremos ir enterándonos de lo que va pasando y de las averiguaciones que va haciendo nuestro personaje. Es una de las muchas maneras de hacer frente a un desarrollo aventurero, pero cuando el potencial que destila el producto es tan acentuado, se echan de menos más personajes, más detalles de trasfondo, algo más tridimensional en lo que a relato se refiere, y aunque en el juego los personajes tienen un atisbo de personalidad, y se nos van desvelando pormenores y datos del entorno, hay una carencia de riqueza en todo esto, que si bien es tolerable no llega a ser del todo suficiente.

Como decíamos, Viaje al Centro de la Luna se apoya esencialmente en el diseño de unos puzzles a los que hay que reconocerles un plus de singularidad no muy usual en los tiempos que corren. Kheops ha inclinado todo su peso creativo hacia este flanco y se nota bastante. Desde un principio nos encontraremos con aventura abierta, con diversos objetivos que realizar de diferentes maneras, lo que supone un alivio para el jugador que teme encontrarse atascado en tal o cual puzzle y no poder avanzar.

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Nuestra puntuación

Tres estrellas

Viaje al Centro de la Luna

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