Introducción

... una joven, pero no por ello poco experimentada compañía estadounidense recogía los suculentos dividendos proporcionados por unos juegos que acertaron a llamarse "aventura gráfica". Estos juegos eran King's Quest I y II, que salieron a la venta en los cada vez más lejanos '84 y '85. Y esa compañía era Sierra On-Line, una empresa que llevaba poco más de 5 años haciendo juegos con el nombre de On-line Systems y que gracias a estas dos producciones era un valor en alza, casi tanto como sus creadores, el matrimonio Roberta y Ken Williams, programadores, creativos y artifices de estos dos éxitos, que prometían ya por aquel entonces convertirse en portada de la revista Forbes.

Mientras Ken se ocupaba de temas de producción, Roberta se centraba más en la creación. Fue así como la Williams se rodeó para la segunda entrega de su interminable saga, de otros dos talentos en potencia: Mark Crowe, un habilidoso grafista y Scott Murphy, un programador primerizo salido de los más bajos fondos de la empresa, que trabaron amistad a raíz de su participación en ese juego. Años después, en el '87, se presentaron en el despacho del jefazo de la compañía con un proyecto común, una aventura a imagen y semejanza de las que Sierra On-Line había venido sacando desde hace 3 años. El juego pretendia hacer mofa de todo un terreno virgen en este aspecto (si exceptuamos claro está, al gran Douglas Adams): la ciencia ficción. La aventura sería protagonizada por un conserje espacial, que por designios del destino se ve envuelto en una serie de infortunios que lo llevarán a enfrentarse con una raza de seres asesinos.

Parece que este argumento camp de pelicula barata ni atrajo ni satisfizo sobremanera a Ken, pero bastó una pequeña demostración jugable para que el cabecilla de los Williams, no solo diese su visto bueno y aprobación, sino que aceptase trabajar activamente como programador en el proyecto. El resto: Historia.

Argumento

A años luz de la Tierra, el sistema Earnon agoniza. El sol que lo sustenta está en las últimas y hay que hacer algo para que los planetas que viven de él no corran la misma suerte. Para ello la comunidad cientifica de Xenon ha propuesto ayudar a sus convecinos en la creación de un innovador invento que salvará la vida a a los earnonianos: El "generador espacial", una maravillosa máquina capaz de convertir un simple planeta, en estrella ígnea y llameante.

La Arcada, nave insignia de Xenon vuela trinfal de vuelta a casa después unas exitosas pruebas con el aparato. Pero algo parece enturbiar el feliz momento... de pronto la nave es atrapada por el rayo tractor de otra fragata, una fragata Sarien. Los Sarien son una raza de verdes piratas, belicosos y despiadados, que no dudan en invadir la pacífica embarcación cientifica y acabar con todo lo que se mueva con el objetivo de conseguir lo que quieren: el "generador espacial", del que, podemos estar seguros, no harán buen uso.

Durante el sangriento abordaje, nuestro protagonista, un conserje espacial (que no tendrá el nombre fijo de Roger Wilco hasta dentro de dos entregas, aunque este era el nombre predeterminado por los autores) se esconde dentro del armario de sus amigas fregonas. Allí logra permanecer hasta que las cosas parecen tranquilizarse. Al salir la situación no parece ir mucho mejor, la nave amenaza con autodestruirse, hay cadaveres y visceras humeantes por todos lados y los sanguinarios sariens están al acecho. El deber llama a Roger, y le está diciendo: "¡Escapa!"

Comentario

Para empezar hay que resaltar un dato importante: Tal fue el exito de esta aventura, que años despues de su aparición, (concretamente alrededor de 5 años) apareció un ostentoso remake, con graficos VGA, sonido MIDI, un interfaz SCI1 a base de iconos mucho más mejorado, y además en castellano. En este reportaje intentaré comentar los dos juegos como buenamente pueda, ya que en lo referente a diseño e historia no hay demasiada diferencia.

Mark Crowe, grafista él, recién destetado de la Williams, y Scott Murphy, programador, salido del departamento de ventas de la compañía, aprendieron muy rápido a desenvolverse en el tema de la aventura gráfica y con el mismo motor que el archiconocido King's Quest, se encargaron de hacer realidad el proyecto que habían empezado a maquinar durante la creación de King's Quest II, donde se hicieron amigos y donde se crearia el vínculo "dos tipos" que se rompería muchos años después, allá por la quinta entrega de la saga. Crowe y Murphy no querían hacer un juego tan "serio" como los King's Quest pero tampoco se querían desmadrar como Al Lowe. Para ello se quedaron en el término de pseudoheroe, blandengue, torpe y atontado que sería Roger Wilco, y le pondrían enfrente de unas situaciones extremas que sólo la astucia del jugador podía solucionar (ya que la de Wilco en solitario poco podía hacer).

Los Dos Tipos hicieron gala de un gran espíritu creativo y desplegaron un amplio abánico de puzzles de lo más entretenido, aunque eso si, no exentos de la mala leche que sería como una marca de nacimiento imborrable. Nos enfrentaremos a contrarelojes, muertes subitas y alguna fase arcade, bastantes sencillitas en comparación a lo que vendría despues (ya os adelanto: el episodio II es francamente más complicado y sobre todo, terriblemente más frustrante) y perdonable gracias al buen humor que aderezaba la aventura. Parte de ese "humor" se concetraba en las imaginativas formas de morir en Space Quest (tanto en su versión del '87 como en la del '91):. de todos los tipos, gustos y colores. Muchos aventureros aborrecen sobremanera este tipo de cosas que fueron una formula muy usada tanto en aventuras de texto como en posteriores aventuras de la compañía.

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