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Ars moriendi

Título: Memento Mori: El secreto de la vida eterna

Desarrolladora: Centauri Production

Distribuidora: Planeta DeAgostini Interactive

Lanzamiento: 20 de abril de 2009

# Publicado el por Paco García 0

Después de acercarnos a lo próximo de House of Tales, Overclocked, giramos la vista hacia el fecundo Este europeo para hablar de Memento Mori, otra de las aventuras que dtp/Anaconda traerá en sus fauces en los próximos meses. Los alemanes se han decidido a apadrinar a un prolífico estudio tan checo como los conocidos Future Games, pero mucho menos reputado: Centauri Production, creadores de Gooka: El misterio de Janatris, un híbrido bastante mediocre que salió a las tiendas españolas con el sello de Zeta Games, esto es, con más pena que gloria, o Evil Days of Luckless John, una comedieta que se puso en las estanterías completamente por sorpresa con el sello de Virgin en nuestro país, sin mucha más repercusión que la que le quisieron dar desde la distribuidora, y huelga decir que no era precisamente una de sus mejores bazas… Con Memento Mori puede que el rumbo de tenaz gente de Centauri les lleve a aguas más cálidas, aunque mucho nos tememos que quizá les toque esperar.

Anunciado un par de meses antes de la GC, Memento Mori es quizá el juego del catálogo de los alemanes que menos expectación ha levantado, y sobre el que menor interés se ha depositado tanto por medios como por la propia compañía. Aún así el juego tiene un lanzamiento previsto para el primer trimestre del 2008, esto es, inminentemente salvo retraso, con lo que no estaría de más ponerse un poco al tanto de lo que tratará y de cómo será esta aventura.

En los fogones del que ya podría considerarse «subgénero davinci», Memento Mori se nos presenta con una presentación de thriller con intriga pseudohistórica de por medio, pero sin mucho ingrediente nuevo para los selectivos paladares de cualquier aventurero de pro. A saber: tres valiosos cuadros son sustituidos por meticulosas copias mientras están expuestos en el famoso Museo del Hermitage de San Petersburgo. Aunque en un principio la cosa parece un simple robo, el encargado de llevar la investigación y especialista en este tipo de casos, el coronel Ostankovic, sospecha que hay algo más serio que un ingenioso escamoteo detrás. Obviamente los temores de Ostankovic terminan haciéndose realidad incluso por encima de lo que él mismo pensaba, ya que detrás de todo el pastel se encuentra, cómo no, una logia tan ancestral como secreta que se hace llamar como el título de este juego. Por motivos que se irán descubriendo conforme se vaya destramando la historia, los Memento Mori y su red de manilargos devotos se dedican a robar y esconder obras de arte de gran valor, quién sabe si con algún oscuro propósito o salvaguardando alguna valiosa cábala que pudiera cambiar el destino de la humanidad; no podía ser éste un buen juego de corte «davinchesco» sin que apareciese esta rimbombante y remachada sentencia…

El coronel pone en marcha a su departamento para detener a los maleantes poniendo al cargo de la investigación a una de sus más preciadas colegas, Larisa Svetlova, que se apoyará en Maxim Durand, un hombre de reputado prestigio dentro de la escena artística internacional, donde se cree que los Memento Mori están muy relacionados. Ambos viajarán a lo largo y ancho del viejo continente, pasando de Rusia a Francia, Escocia, Finlandia o Portugal para tratar de desenmascarar las intenciones de los sectarios ladrones de arte.

En realidad, Memento Mori no es ni ha sido jamás una logia o secta, todo es una ficción creada para la ocasión. «Memento Mori» es en realidad una máxima latina, un latinajo generalmente precedido del tan cantado carpe diem, utilizado como axioma desde tiempos ancestrales por muchos poetas, artistas y estudiosos. «Recuerda que morirás» reza la «buenrollista» traducción textual que nos insta a recordar que la vida es demasiado fugaz como pararse mucho tiempo a mirarla y que, como seres de carne y hueso, estamos todos destinados a pudrirnos en la fosa, tal y como señalaba ya en el medievo, sin ir muy lejos, el rapsoda palentino Jorge Manrique. Muchas han sido las interpretaciones artísticas que se han dado a la sentencia; sin duda habréis visto en varias ocasiones algún óleo o cuadro representando la «danza de la muerte» o alguna variante, pues bien, de todo ese «culto» a la muerte, a veces justiciera, a veces injusta, pero siempre implacable, que han venido profesando muchos artistas desde hace siglos es donde se cimentará y sobre lo que circundará la trama de Memento Mori, en el que obviamente también habrá asesinatos…

Dos personajes a manejar por medio del point & click, en un entorno en tercera persona tridimensional, que por cierto ha mejorado bastante desde que lo vimos en marcha en la pasada Games Convention, a juzgar por las capturas, con cámara dinámica, la promesa de una concepción clásica del diseño de puzzles (sin combinatorias ni sliders ni demás tipos de aburridos retrasos tan artificiales) y nada menos que seis finales diferentes —veremos si guardan diferencias de calado o se quedan en meras variaciones de una escena cinematográfica— para la «conspiración artística» que puede resultar o muy interesante o un simple añadido más a la lista de mediocridades con tufillo a bestseller de aeropuerto… De nuevo hay que dejarlo a la sombra de la duda.

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