Que el público y la crítica pidan a gritos ideas nuevas, historias con miga, originalidad y riesgo es algo inevitable. Tan inevitable como que las compañías que manejan el cotarro aventurero no estén dispuestas a bajarse del burro y sigan apostando por productos olvidables, de nimias aspiraciones y bochornosos planteamientos con el fin de arañar algún beneficio. Pasa con las productoras cinematográficas y todos sus engendros con «cartel de fondo blanco», pasa con las editoriales y su literatura enlatada de aeropuerto, y obviamente pasa con el videojuego, colectivo al que la aventura gráfica aún sigue perteneciendo. Y decimos aún porque a este paso dejará incluso de considerarse un medio de entretenimiento.

Como pudimos apreciar in situ en la pasada GC, la gran mayoría de las compañías que apuestan por el género están más ocupadas en intentar engañar al público que en ofrecerles calidad para que sigan comprando. La «cultura del pelotazo», del «coge el dinero y corre» está cada vez más latente en el modelo de negocio aventurero, los conceptos de «fidelización» o «calidad/precio» son papel mojado si se cumplen los márgenes de beneficios, para lo cual hay que invertir poco y ganar cuanto más mejor. No os estamos descubriendo la rueda seguramente, pero una cosa es que sepamos que esto ocurre, que no nos quede más remedio que asumirlo dentro de unos límites, y otra muy distinta que esos límites se traspasen y que se nos intente vender un juego con un bonito envoltorio pero que a todas luces no cumple ni por asomo con los cánones de ningún mercado, esperando que seamos «informadores», o lo que es lo mismo, fieles promotores telegráficos de un agravio a la inteligencia de cualquier comprador.

JoWooD añadía hace poco a su ya de por sí castigada franquicia de Agatha Christie un nuevo título, que lejos de representar una tentativa por mejorar la saga se trataba de un casual game, ya añejo, que en una poco esmerada maniobra se está tratando de colar como una producción que haga honor a los seguidores de la escritora. Hoy podemos ver un tráiler de uno de los títulos que más vergüenza ajena nos provocó durante nuestro periplo por tierras teutonas, que trata de aprovechar el tirón de una serie de novelas pulp para «adolescentoides» de nula repercusión en nuestro país, hecho por el que quizá debamos dar gracias: The Hardy Boys, de la que ya os pusimos en antecedentes cuando se anunció este The Hidden Theft.

Podéis apreciar cómo Xpec, desarrolladora china del juego, hace uso de una amplia variedad de objetos 3D de biblioteca que rechinan como la goma entre los dientes con los de su propia manufactura, cómo los personajes se mueven con la naturalidad propia de androides camp por unos escenarios vacíos en los que el empleo inteligente de la luz, el texturizado y el color brillan por su ausencia y donde cualquier atisbo de buen gusto parecería una casualidad. Un acabado de este nivel no sería recriminable para una pequeña empresa indie como las muchas que hay y a las que damos la cobertura que nos es posible, con millones de limitaciones pero aún así con buena voluntad. Pero estamos hablando de The Adventure Company, una compañía con solera en este mundillo con algún titulo respetable en su haber, y de JoWooD, una multinacional cuyo montante anual ha venido ascendiendo a una buena cantidad gracias en parte al desembolso de compradores a los que a nuestro parecer ofende ofreciendo productos de tan triste factura como el presente. Las valoraciones que podemos dar al tráiler son esas, aunque lo que nos depare el juego es un misterio. Un misterio cuya resolución se nos antoja bastante previsible, pero no seremos nosotros los que dejemos de ofrecer el beneficio de la duda…

Adaptaciones literarias, argumentos sin gancho, nulo atractivo… Más de lo mismo y lo mismo de siempre, no parece haber propósito de enmienda alguno y además incluso se retrocede. No sabemos cómo funcionarán comercialmente esta clase de productos, pero desde luego si nos fijamos en la franquicia Nancy Drew, personaje relacionado en la ficción literaria —si es que se puede llamar literatura a folletines para adolescentes cursis— con los Hardy Boys (y en la virtual, al parecer, también), que ya lleva más de una quincena de aventuras puestas a la venta (el tráiler de la que pasa a ser la número 19 lo podéis ver en nuestra videoteca) quizá el aventurero tenga el castigo que se merece por seguir bailando el agua a pesar de los pescozones, o quizá los ardides que se fraguan en los departamentos de marketing de algunas empresas dan sus frutos atrayendo a un público que carece de criterio y que ni siquiera sabe lo que compra. O quizá un poco de todo quién sabe. La que está muy clara es la tendencia del mercado actual a aferrarse a un negocio que se agita peligrosamente por unos límites que se salen de lo tolerable, y que podrían llegar a parecer una falta de respeto a medios y jugadores. Se ha perdido la vocación de crear y, con el tiempo, si no se parte la baraja vosotros acabaréis perdiendo la de jugar y nosotros la de seguir siendo meretrices publicitarias de saldo…

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