Todo principio tiene un final, queridos lectores. Si esta web se mantuvo al pie del cañón en estos 49747388 días de existencia fue gracias sobre todo a vuestro sincero apoyo, pero también, por qué no decirlo, a causa de nuestro afán informativo y crítico sin concesiones, a que en cada palabra que hemos escrito hemos procurado dejar plasmada una opinión franca para con todos vosotros, dejando a un lado tapujos, hipocresías y lealtades subrepticiamente pactadas. Todo ello porque profesamos una eterna devoción a la verdad y como amantes de la misma creemos que es lo que dota al ser humano de independencia, libertad y, en definitiva, de humanidad. No lo dudéis, ya que nosotros no lo dudamos, "la verdad os hará libres" (Jn 8,32).

Por desgracia para todos, empezando por ellos mismos, hay a quienes esta máxima produce agudos pinchazos en su podrido corazón, en parte porque la sola mención de la verdad les produce ardores y en parte porque por medio de farsas, engaños y fraudes quieren subyugar a los aventureros, aprovecharse de su voluntarioso afán, o simplemente reírse de ellos a la par que se enriquecen enjuagándose en su propia opulencia y arrogancia.

Así las cosas, en un escenario de claroscuros como el presente, era inevitable el definitivo choque que determinase cual de las dos facciones acabaría prevaleciendo. Creed que lamentamos profundamente, como nunca hemos lamentado dar una noticia, deciros que, finalmente, han vencido las sombras. Y con ella se llevan a Aventura y CÍA y a todo aquello que representa.

Nos vamos amigos, con el amargo sabor de la derrota de nuestras ideas pero con la cabeza muy alta por haberlas defendido hasta el último estertor. Hemos perdido la batalla que ineludiblemente había de tener lugar, el campo de batalla fueron los juzgados y nuestros enemigos, aliados para hacernos frente, fueron quienes arrojaron el guante, que nosotros gentilmente recogimos, ignorantes del aciago destino que nos depararía tan noble gesto. Unidos para la debacle, la German Adventurer Neocon Association (liderada por un tal Wolfgang K.), los Legionarios Mártires de Tomás Rubio, la APEV (Agrupacion de Prensa on-line Española de Videojuegos), los Peones Rosas (grupo que respalda la teoría conspiranoica acerca del abrupto cierre del Paraíso de la Aventura), el Consorcio de Damnificados "Victimas de Aventuras Amateur" y el Club de fans de RyK-C, interpusieron hace unos meses una demanda judicial contra Aventura y CÍA por sendos delitos contra el honor. Para respaldar los cargos presentaron como pruebas textos de esta web en los que presuntamente se les injuriaba o calumniaba, y cada demandante se personó con numerosos testigos. El tribunal desestimó las pruebas de la acusación y sobreseyó el caso alegando que ninguna de las alegaciones tenía sostenibilidad legal alguna.

Parecía en aquel momento que la justicia había triunfado y que Aventura y CÍA descollaba sobre la adversidad, el odio y la crispación. Pero subestimamos la fuerza visceral de esos negros sentimientos ya que, frustrados y encendidos, nuestros exaltados contrincantes han decidido buscar una alternativa a su fracaso que les contente, pues para ellos la derrota no es una opción. Así, sus leguleyos han tirado de una infame cláusula que nos vimos obligados (prácticamente a golpe de pistola) a firmar hace años con nuestro servicio de hospedaje, y han lanzado lo que podría considerarse como una "opa hostil" contra esta publicación. Finalmente, pueden respirar tranquilos; han conseguido lo que querían, acallar la voz discordante... pero no la prostituirán, de eso podéis estar seguros.

Esta web y todos los que la componen han decido por unanimidad eliminar todo resquicio de esta Aventura y CÍA antes del día 1 de enero de 2008, con el fin de que no caiga en las infectas garras de aquellos que han querido mancillar su crédito ante vosotros, visitantes nuestros. Así las cosas, queremos despedirnos de todos vosotros con lágrimas en unos ojos que verán cómo en los próximos días se van pulverizando seis años de ardua dedicación. Valga nuestro sacrificio para reivindicar, con un desgarrado grito, la libertad de expresión ante el fanatismo, el sectarismo, la ciega obstinación y la codicia sin extremo de unos pocos.

Sed felices. Hasta siempre.