Craso error el nuestro al vender las pieles antes de cazarlas, cuando al comenzar el año estábamos relamiéndonos ante la apetitosa andanada de títulos que arribarían a nuestros ordenadores en lo próximos meses. Pero lo cierto, es que las cosas no se presentan tan esperanzadoras como hace cinco meses, y es que a lo largo de este tiempo han tenido lugar, entre trágicos desencantos, los cancelamientos de precisamente dos de las aventuras gráficas que más público prometían arremolinar alrededor suyo. El alto en la producción del codiciado Sam & Max 2, ya por todos conocido, ha sido objeto de decenas de miles de quejas en todo el mundo, amén de numerosos artículos recriminatorios y algunos improperios, bastante merecidos, a los que han tomado la controvertida decisión. Seguidamente y sin salir del seno de la compañía californiana, tuvieron lugar los despidos de los que hace unos días os hablábamos y que daban buena cuenta de que son cada vez más las puertas cerradas que deja LucasArts, ya no solo al género de la aventura gráfica sino también a los desarrollos in-home que en el pasado reportaron tan fructuosos beneficios tanto a la empresa misma como a los jugadores que con ellos disfrutaron.

Ahora nos llega casi consecutivamente un tercer mazazo que puede terminar con la confianza que algunos depositaban en el género: Al parecer The Adventure Company, filial de DreamCatcher, se ha apuntado al efecto dominó de Lucas y ha decidido suspender hasta épocas mejores para la rentabilidad del producto (que quizá sea para después del verano o quizá nunca), el proyecto que la reputada diseñadora Jane Jensen estaba preparando para finales de este año. Según afirma la Jensen a su amigo Randy Slugansky, máximo dignatario de la web Just Adventure+, el desarrollo ha sido interrumpido a causa de que las ventas de Broken Sword 3:The Sleeping Dragon y Syberia no han satisfecho las expectativas de la distribuidora canadiense y claro, nosotros nos preguntamos si las ventas del catalogo no aventurero de DreamCatcher, con juegos de tan dudoso crédito y rédito como Kaan, SuperPower o Pax Romana las han cumplido (en caso de que no fuese así, siendo ecuánimes, lo suyo sería afirmar a bombo y platillo que, por ejemplo, la estrategia no vende...).

El caso es que, apreciaciones aparte, no parece un momento propicio para que un inversor se decante por apostar por aventuras siendo las suspensiones de URU Live o Sam and Max 2, a juicio de la pensilvana, pruebas fehacientes de la crisis que vive la economía del sector. Pero tampoco confundamos el concepto rentabilidad con el de enriquecimiento, y es que si llamamos "cifra rentable" solo a lo invertido elevado al cubo, desde luego muy pocos serán los que puedan llevar este calificativo. Esta querencia exacerbada por el inmenso beneficio, esta obsesión por el negocio de los panes y los peces, es el carbunco que reconcome las entrañas de la creatividad y el principal aliento que hincha la burbuja de capitalistoide en que la se alza hoy en día la industria del videojuego, y que no tardará en reventar si no se toman medidas para dejar apartada el ansia desmedida por el lucro fulminante.

Con todo, Jensen nos da una de cal y una de arena, y aunque Gray Matter, tambien conocido como Proyecto Jane-J, haya sido aplazado hasta un momento más proclive, Oberon Media, la empresa que fundó junto a otros tres socios hará una buena temporada, tiene preparado un nuevo juego de aventura y puzzle llamado Booby Trap y que será en cuanto a temática y longitud algo similar a los Laura Bow. El juego se distribuirá on-line y "captará la atención tanto de aficionados acérrimos a la aventura como de jugadores casuales". Mentiríamos si os dijésemos que no esperamos más que un inocuo placebo de bajo presupuesto en Booby Trap, pero hasta finales de año, que será cuando salga a la palestra, mejor será estar sencillamente a la espera...

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