Nos llegan desde AdventureGamers las muy malas noticias de que la empresa de origen francés Galiléa, curtida en el género aventurero (si bien con producciones bastante irregulares) desde 1996, ha cesado hace unos días las actividades que desde hace unos meses mantenían a duras penas en el limbo financiero desde su sede de (otra vez) Montreal, Canadá.

Galiléa, autora de una nutrida lista de aventuras de escasa repercusión como los títulos de Cameron Files (Loch Ness, Amenophis) o su última producción, Jack the Ripper, se ha visto obligada a cerrar sus puertas ante la falta de financiación, los escasos márgenes de ventas de sus juegos anteriores y sobre todo, según anunciaba su propio fundador Philippe Gaudé, la incapacidad de encontrar productores dispuestos a firmar acuerdos que asegurasen la continuidad de los desarrollos de la compañía.

Con este nuevo varapalo para el género aventurero, se repite la historia que hace unos días ocurría con la polaca Detalion, y que en su día ocurriera con la también francesa pero de producción canadiense Microïds, si bien los problemas de ésta hoy pueden encontrar (o no) su solución con la reciente noticia de la compra por parte de Ubi Soft de sus estudios en Montreal.

Esperamos, no obstante, que esta pequeña oleada de malas noticias haya terminado con la que hoy nos ocupa, así como esperamos que no manche la muy esperanzadora proyección de desarrollos para este año, que se augura uno de los más prolíficos para el género de los últimos años, con las ediciones de esperadísimas aventuras como la ya disponible The Moment of Silence o las que faltan todavía por llegar Still Life, Fahrenheit, Runaway 2, Lost Paradise o Dreamfall (de la que, por cierto, Gamespot ha publicado un par de vídeos que muestran por vez primera el engine del juego en movimiento).

Imágenes relacionadas