«Cuando algo funciona hay que exprimirlo hasta la últimas consecuencias». Esta, que bien podría ser la máxima del capitalismo desmedido del que tanto se habla en estos tiempos o la de uno de esos tantos especuladores inmobiliarios que ahora piden oxigeno a los bancos, también podría ser la seña de identidad del gigante japonés Capcom, que desde su Street Fighter ha sabido y sigue sabiendo cómo explotar la fórmula del éxito hasta el empacho.

Phoenix Wright ha sido y es un filón para la consola portátil de Nintendo, y para antes de que ésta empiece a desfallecer y se desplome (cosa que ocurrirá más pronto que tarde, según los analistas), está echando el órdago de la franquicia. Cuando aún no han visto la luz en nuestro país la última entrega del famoso leguleyo, Trials and Tribulations, ni la primera de su efebo Apollo Justice, los nipones ya están anunciando una quinta entrega, entre propias de la saga y spin-offs como este, por medio de la afamada revista Famitsu, con el archienemigo de Wright como protagonista. El amanerado y hortera fiscal Miles Edgeworth, con el que nos enfrentásemos en los juegos anteriores, pasa a ser ahora nuestro personaje a manejar, con lo que habremos de pasarnos al otro lado de la balanza de la justicia para comprobar cómo es el trabajo de aquel que tanto nos gustaba humillar en el estrado.

Como es natural, el enfoque del juego diferirá sutilmente de lo que estamos acostumbrados y ahora se inclinará más hacia una investigación más profunda en la que hallar argumentos consistentes con los que poner a los criminales entre la espada y la pared sin que la defensa tenga tiempo para protestar. Para ello seremos asistidos en las escenas del crimen por otro viejo conocido de la serie, el detective Dick Gumshoe. Quién sabe si acabarán ahí los cameos, o si tendrá lugar ese enfrentamiento por el que salivan los fans, así como también se desconoce la fecha de lanzamiento del juego en Occidente u Oriente o cualquier otro dato recalcable.

Lo que sí es seguro es que el juego no se alejará mucho del aspecto visual de sus antecesores, algo que aplaudirán los acérrimos seguidores de la saga, como es obvio, y los directivos de la compañía que una vez más se podrán congratular de vender por cientos de miles una aventura con unos costes de producción ínfimos que pasan por unos cuantos dibujantes con callo de esos que en el País del Sol Naciente se encuentran hasta al abrir la tapa del retrete, un par programadores que vuelvan a escribir el mismo código que siempre ha funcionado y un guionista diestro en el arte del culebrón legal, capaz de citar de carrerilla la bibliografía de John Grisham y el elenco de Ally MacBeal. Fácil y rentable combinación, de cuyos resultados ya os iremos informando.

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