El pasado viernes, The Astronauts lanzó The Vanishing of Ethan Carter, una de las aventuras más interesantes de las que hemos visto en los últimos años de Gamescom, que llega, además, arropada por la crítica de forma casi unánime. Desarrollado por The Astronauts, fundado por tres veteranos de People Can Fly, es el título inaugural de la compañía y, además, supone la primera incursión en el género de sus autores, teniendo en cuenta su anterior dedicación a los shooter.

Paul Prospero es un detective con una capacidad extraordinaria: visualiza en el entorno escenas de crímenes mortales. De entre las cartas que recibe de sus admiradores, aburridas, manidas, invariables, una llama su atención. La remite Ethan Carter, un niño cuya historia pone en guardia a Prospero. Decide pues volver a la investigación en lo que será su último caso, salvar una vida sobre la que siente cernirse un grave peligro. Al llegar a Red Creek Valley, hogar del muchacho, sus sentidos empiezan a alertarle de que algo está pasando en ese bello paraje y pronto descubre que Ethan desapareció justo cuando un crimen sangriento tenía lugar. Es así como da comienzo el juego, prologado por un cómic, y es en esa tesitura en la que el jugador toma el control.

Aunque los autores de The Vanishing of Ethan Carter no pudieron asistir a la Gamescom, nuestro tiempo con el juego no se limitó a una presentación promocional glosando sus beldades: una sala con la luz baja, una pantalla de proyección y nosotros solos ratón en mano. Y lo que nos encontramos es una aventura de investigación pura, que se inicia con un objetivo global, encontrar a Ethan Carter, pero nos suelta en un escenario de exquisito detalle que explorar libremente. Al avanzar, la habilidad sobrenatural de Prospero detecta que en el terreno hubo trampas letales; cuando se descubren todas, esa misma habilidad revela en el escenario detalles antes indiscernibles, perdidos entre la vegetación, a través de los que se narra parte de un sugestivo trasfondo. Siguiendo la vía de un tren, pronto se descubre una locomotora varada, con salpicaduras de sangre. La sangre pertenece a un cuerpo con las piernas seccionadas, que pudo arrastrase por un camino que lleva hacia el lago hasta ¿desangrarse? Las heridas en la cabeza sugieren lo contrario. Es necesario reconstruir la escena del crimen: localizar la manivela que pone en marcha la locomotora, colocarlo en posición, que la percepción especial del protagonista recree los hechos. Y todo bajo el control del jugador, sin cortapisas a la interacción, que es orgánica y guía lo justo para deducir y correlacionar.

Si el tiempo no hubiera apremiado y no nos hubiesen esperado otros juegos, habríamos seguido ahí, involucrándonos en lo que parece una aproximación fascinante al género, aunque en ningún momento se mencione aventura gráfica en los materiales promocionales: esto, dicen, es un juego de exploración y descubrimiento. Es verdad, y en The Astronauts no lo niegan, que la ambientación, la atmósfera y la sugestión son el epicentro de esta aventura, pero no estamos ante un «first person walker», tan en boga recientemente. La «necesaria humanidad de los personajes» es lo que los polacos quieren explorar, pero quieren hacerlo mientras el jugador observa, relaciona pistas, llega a conclusiones.

Inspirado, según sus creadores, en la ficción de lo extraño de principios del siglo veinte y en otros relatos de lo macabro, en lo pulp, lo detectivesco, lo horripilante, The Vanishing of Ethan Carter es una mezcla entre sus referencias declaradas, Raymond Chandler, Algernon Blackwood, Stefran Grabinski o H.P. Lovecraft, con la serie de Charlie «Bird» Parker del escritor irlandés John Connolly que, como The Astronauts, ambienta en Maine su representación del más absoluto Mal, que habita en este mundo que es una colmena.

Si el juego completo nos confirma lo que en Colonia solo atisbamos, algo que parecen indicar críticas como la de Fran Pinto para AnaitGames, The Vanishing of Ethan Carter quizá sea una pieza fundamental de las aventuras gráficas de investigación pura. Nosotros hablaremos de ello a no mucho tardar. Mientras tanto, está disponible, solo para PC, en GOG y Steam, por 18,99 euros y subtitulado al castellano. Y en físico, en España, de la mano de Badland Games.

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